El vivir en un desarrollo residencial tendrás como una gran ventaja: la seguridad. La urbanización dentro de un concepto residencial generalmente es cerrada, es decir que, las viviendas en estos entornos están rodeadas de una barda o muro perimetral con entradas y salidas controladas por un vigilante, quien se encarga del monitoreo de las personas que ingresan y salen.

Además, las personas que viven en zonas residenciales disfrutan de una plena sintonía con espacios verdes como lo son parques, avenidas y jardines con grandes árboles, disfrutando en familia realizando actividades al aire libre.

A diferencia de otros tipos de vivienda, el hecho de poseer una casa dentro de un ámbito residencial da pie a ser parte de una comunidad con otras personas que buscan comodidad, seguridad y sobre todo un alto nivel de vida.